jueves, 6 de octubre de 2016

ENTRE EL INSTINTO DE MUERTE Y LA EDUCACIÓN PARA LA PAZ: COMENTARIOS CRÍTICOS SOBRE LA TEORÍA DE LA AGRESIÓN DE PERLS.

Frank-M. Staemmler

Primero, en teoría considero que nuestra teoría tradicional de la agresión es problemática en cuanto a su lógica inherente. Además, está demasiado arraigada en la teoría de los  impulsos y en la psicología unipersonal, como para ser adecuada a las exigencias actuales de un acercamiento a la psicoterapia intersubjetiva y éticamente justificable. En pocas  palabras, ya no es adecuado como una metateoría psicoterapéutica. Una metateoría contemporánea deberá estar basada en otros elementos de nuestro legado, por ejemplo la reflexión de que el “contacto… es la… primera realidad” (Perls et al. 1951, 227 —véase Staemmler, 2010).
Segundo, psicológicamente nuestra teoría tradicional de la agresión carece de la diferenciación necesaria entre el sistema agresivo de motivación por un lado, y el sistema de motivación explorativo-asertivo por el otro. Crean una combinación de motivaciones y, por lo tanto, puede resultar confuso tanto para los terapeutas, como para sus clientes. Como previó Laura Perls en su conferencia sobre la educación para la paz, una psicología de la motivación deberá tomar en cuenta esta diferenciación decisiva.
Tercero, en el sentido práctico, nuestra teoría tradicional de la agresión sólo permite una cantidad limitada de estrategias terapéuticas, algunas de las cuales —en especial las catárticas— pueden ser incluso dañinas, para el bienestar de nuestros clientes y el destino de sus relaciones con otras personas. De una distinción clara entre las motivaciones agresivas y las asertivas se pueden desprender muchas opciones terapéuticas que hagan énfasis en el trabajo con el awareness de las valoraciones integradas a las emociones de nuestros clientes.

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